Evolución Humana

Marina Mosquera: “La arqueología da la posibilidad de encontrar las raíces de lo que somos”

La directora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) —con sede en Tarragona, España—, asegura que a los primeros homínidos les tocó resolver problemas muy actuales. “Estudiarlo permite saber lo que funcionó y lo que no”.

Cuando se le pregunta qué les diría a los niños y niñas que sueñan con ser arqueólogos, Marina Mosquera, primera mujer en el cargo, no duda en responder con entusiasmo: “Para mí, la arqueología —y especialmente la prehistórica— es lo más bonito que hay. No por la idea romántica de Indiana Jones, sino por la posibilidad de encontrar las raíces de lo que somos”.

Mosquera explica que estudiar el pasado permite entender cómo los seres humanos han enfrentado —y resuelto— problemáticas similares a las actuales. “Te das cuenta de que muchas respuestas a nuestros dilemas ya se dieron hace miles de años. Y que hay comportamientos que han sido exitosos evolutivamente, mientras que otros no”.

El inicio de los cuidados

Uno de los ejemplos más potentes que cita es el surgimiento del cuidado dentro de los grupos humanos. “¿Desde cuándo cuidamos a un anciano, a un hijo de otro, a un compañero herido? Tenemos evidencia de que este comportamiento aparece hace al menos hace 400.000 años. Ni siquiera éramos Homo sapiens aún, eran especies como los Neandertales. Y lo hacían porque era una forma eficaz de asegurar la supervivencia del grupo”.

Ante la pregunta de los retos del cambio climático para el planeta, la investigadora lo tiene claro: “Lo primero que ocurre ante una presión climática es que la gente se mueve. Siempre ha sido así: primero migraciones, luego tensiones si el ecosistema no puede sostener a todos, allí es donde comienzan las peleas”. Esa perspectiva histórica, dice, es clave para entender que nuestros desafíos actuales no son del todo nuevos, aunque ahora se ven agravados por el impacto humano directo sobre el medio ambiente.

Pero, igual que ahora, no todos los movimientos en la prehistoria tenían que ver con la supervivencia. “Los humanos nos movemos por curiosidad, somos cotillas”, apunta. Digamos que el turismo tuvo allí su semillita. (Tomado de Diario de Tarragona).

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